Existen varios términos para describir el crecimiento espiritual: iluminados, santos, sabios, solo por nombrar algunos. Los llamo excepcionales porque son características difíciles de adquirir y probablemente no tan populares.
La mayoría de las personas en el mundo están enfocadas en el ego, preocupándose solo por sus necesidades y ser servidas. Estamos aquí para lo opuesto: para servir, primero a Dios y luego a nuestro prójimo. Este concepto no pertenece a ninguna doctrina en particular; es una filosofía espiritual y universal que todos debemos aprender y aplicar a nuestras vidas. Es crucial hacer un compromiso para alcanzar esta categoría espiritual.
Estas personas se comprometen con su práctica, creencias y espiritualidad. Reconocen de antemano que es de suma importancia continuar y poner todas las fuerzas hacia el objetivo de crecimiento. Para vivir y mantener las siguientes cualidades, estas deben alimentarse diariamente para sostenerlas en nosotros.
1. La Felicidad: La persona de crecimiento espiritual emana energía de felicidad, un carácter compuesto completamente de alegría. En su rostro, este sentimiento se expresa fuertemente, ya sea a través de una sonrisa o simplemente en la mirada. Comparten esta cualidad con los demás, permitiendo que el optimismo viva en su interior, comprendiendo que, aunque enfrenten retos, siempre habrá una solución.
2. La Paz: Estas personas viven en un estado de paz, ya que el miedo a los problemas de la vida no existe en ellas. Solo existe el temor a Dios y la confianza en Él. No hay problema que en manos del Creador del universo no tenga solución. Canalizan un carácter casi sublime de paz y serenidad.
3. Compasión: La compasión es una verdadera virtud espiritual, codiciada por muchos y que no se puede fingir fácilmente. Estas personas verdaderamente se preocupan por el bienestar de los demás, poniéndose en su lugar para entender su condición y ofrecer ayuda.
4. No Son Egocéntricos: Reconocen que todo es creación de Dios y que estamos conectados a nivel espiritual. Tienen una gran hermandad espiritual y, sobre todo, saben que somos hijos adoptivos de Dios. Entienden que nuestra naturaleza real es servir, primero a Dios y luego contribuir al mundo.
5. Emocionalmente Estables: Son emocionalmente estables porque no hay ego en ellas. No necesitan validación ni aprobación social. En este estado, como ya no existe ese ego, no hay sentimiento de ofensa ni de dolor. Tampoco hay coraje ni ira, ya que son compasivas con aquellos que no están a su mismo nivel espiritual.
6. Pacientes: Otra de las virtudes más deseadas. Las personas que han adquirido este crecimiento entienden que la paciencia es una virtud espiritual. Llevan las cosas un día a la vez porque comprenden que no todos están a su nivel espiritual. Reconocen que la ignorancia en el ser humano es la que desarrolla el dolor y no juzgan a los demás por esta flaqueza.
7. Humildes: La persona altamente espiritual es humilde, reconoce su lugar en el universo y no necesita que nadie se lo reafirme. No tiene nada que demostrar a la sociedad ni a sí misma. Esta naturaleza le permite ser noble y abierto con todo aquel que tenga la oportunidad de conocer y tratar.
Actualizado 12-2023