La idea de que alguien te haya mal ojeado es terrible y probablemente no le des mucha importancia, pero quizás explique el porque muchas de las cosas en tu vida no estén marchando a favor propio. Como creyentes del mundo espiritual cometemos un grave error cuando asumimos que el mal de ojo solo afecta los recién nacidos o los niños; esto no es cierto, el mal de ojo es un mal que nos puede afectar en cualquier momento de nuestras vidas.
Para reconocer sus efectos es importante que entiendas lo que es. Este mal es causado por seres humanos que nacen con la habilidad de “maldecir’ o causar algún mal simplemente con su mirada. Este mal puede manifestarse de varias formas e incluye enfermedad, mala fortuna y en algunos casos hasta la muerte.
El mal de ojo no tiene limites y tanto puede afectar un ser humano como cualquier posesión material. Por ejemplo, puedes tener un vehículo en tu posesión y en el momento que una persona capaz de mal ojear, mal ojea tu vehículo, este comienza a tener cantidad de problemas inexplicables e irreparables.
Este mal no solo proviene de creencias supersticiosas y se pueden encontrar variedad de referencias sagradas. Por ejemplo en la Biblia encontramos varios versos que hacen referencias al mal de ojo y uno en particular se encuentra en el libro de proverbios. Este verso dice lo siguiente al respeto (Proverbios 28:22 ):“El hombre de mal de ojo se apresura a ser rico; y no sabe que le ha de venir pobreza.”).
La idea del mal de ojo nace en tiempos remotos y ancestrales y aunque los niños son mas susceptible no puedes ignorar el hecho que puedes ser víctima de este mal. La asociación de los ojos tener esta habilidad de crear un mal no es nada extraño. Es probable que hayas escuchado que los ojos son las ventanas del espíritu, las puertas del alma y si el alma o espíritu de una persona en particular es impura o compuesta de malicia, fácilmente se entenderá el como puede suceder este mal despliegue con solo el enfoque de la vista.
Algunos llaman el mal de ojo, la envidia y sea una o la otra no deja de ser un cáncer espiritual para los que son víctimas de su efecto. Para identificar si eres víctima del mal de ojo solo debes poner atención a sus síntomas. Las víctimas de este mal suelen a perder el apetito y mantienen una fiebre inexplicable. En otros casos puede haber bostezo excesivo, vómitos y hasta un hipo incontrolable. En casos de los animales o las plantas sucede lo mismo, estos se enferman.
Para limpiar o desactivar los efectos del mal de ojo, debes acudir a un servidor espiritual capaz de destrancar las cadenas causadas por este mal. Esto se hace por medio al uso de plantas, sahumerios y oraciones orientadas al finalizar esta especia de maldición.
Si sientes ser víctima de este mal y deseas inmediata ayuda, intenta preparar una infusión de hoja de gandules con alcohol de “berrón” o “bay rum” y recita tres veces la oración de San Luis Beltran en combinación con el salmo 91.