Existe una frase bíblica popularmente usada fuera de su verdadero contexto y se encuentra en las sagradas escrituras de la Biblia. Esta es una frase que la mayoría menosprecia y la podemos encontrar en el libro de Juan 14:6. Esta dice, “Jesus le dijo: Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie viene al Padre, sino por mi.” Personalmente opino que entre muchas religiones, naciones y culturas esta frase se a malentendido. Hemos aprendido por medio a estudios bíblicos que en aquellos tiempo Jesus, El Cristo, estableció que deberíamos seguirlo. Dejo claro que debemos tomar parte de EL y de sus hechos ademas de aplicar sus enseñanzas en nuestras vidas.
Los tiempos nos han enseñando que aquel quien quiere ser salvo debe someterse a Dios. Deben someterse a sus leyes y esta es una de las primeras cosas que debemos aprender y por supuesto aplicar. El vivir en un mundo que constantemente glorifica lo material vuelve este proceso difícil para muchos. Es muy fácil el perderse y someterse a las garras de la perdición. En otras palabras nos llenamos de GULA, PEREZA, LUJURIA, IRA y mas. En vez de controlar nuestros sentidos inmediatos o nuestros instintos dejamos que estas condiciones pecaminosas nos contaminen.
Ademas de ser sumisos a la ley de Dios y a sus mandamientos, se sugiere implementar en nuestras vidas diarias, la “Regla de Oro” (No hacerle a los demás lo que no nos gusta que nos hagan”). Debemos de ser compasivos con los demás sin darle importancia a la rebeldía que nos demuestren ya que no sabemos en el estado emocional o mental que se encuentren. No olvidemos que ser sumisos tambien implica el comprender que de una manera u otra es Dios que esta en control.
El ejemplo de la palabra de Dios en vida es el Cristo; así como la palabra se hizo materia esa misma palabra nos llama a nosotros en vida a tomar parte de la fuerza mayor. El hacernos obedientes y sumisos por voluntad propia y el tomar parte de la fuente que provee todo, nada nos hará falta.
Tomemos un momento para reflexionar, vamos a unirnos a una fuerza a volvernos una familia. Recordemos que la fuerza esta con EL y en EL esta la fuerza. Si entendemos que para llegar al padre, solo podemos hacerlo por medio al hijo, que es Cristo, entonces debemos seguir al maestro. Seguirlo como buenos estudiantes para enlazarnos a una fuerza soberana.
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