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Cómo tener conversaciones más honestas

De alguna manera, nunca ha sido más fácil conectarse con las personas en nuestras vidas, ahora que siempre se están publicando cosas en las redes sociales. Sin embargo, si bien estas herramientas nos permiten mantenernos en contacto, las interacciones verdaderamente significativas a veces pueden ser escasas.

Es posible, por supuesto, sentirse estrechamente conectados con los demás sin tener conversaciones profundas todo el tiempo.

Pero hay momentos en los que se quiere hablar desde el corazón, y puede ser difícil saber cómo cultivar conversaciones más profundas. Puede ser aterrador abrirse a cosas que realmente importan, y algunas personas prefieren no involucrarse en un nivel tan íntimo. O tal vez hay conflicto en una relación, o ciertos temas que han sido pasados debajo de la mesa.

“La comunicación es una poderosa herramienta, capaz de ayudarnos a conseguir nuestras metas, por lo que debes aprender a usarla al máximo.” (https://gananci.com/preguntas-interesantes-para-conocer-a-alguien/)

No se debe esperar hasta el final de la vida o algún otro momento crítico para hablar sobre lo que es importante, o para acercarse a los demás de manera honesta.

Estos consejos pueden ayudar a cada uno a enriquecer las relaciones teniendo conversaciones del corazón.

1. Crea el espacio

Pocas conversaciones gratificantes comienzan con “Necesitamos hablar”. Si deseas relacionarte profundamente con otra persona, piensa en términos de crear espacio, tanto físico como emocional, donde las discusiones reales puedan transpirar naturalmente.

Las personas se sienten cómodas en diferentes entornos, así que considera dónde te sentirás más a gusto. Reflexiona también acerca lo que te parece bien: el tipo de lugares y situaciones en los que te has sentido seguro compartiendo emociones o explorando ideas con otra persona.

Tal vez una caminata en la naturaleza se preste para una discusión más profunda. Tal vez la cafetería del vecindario o tu propia sala se sientan más acogedoras.

No necesariamente necesitas un entorno sin distracciones. Mientras que un teléfono fijo o un teléfono inteligente con frecuencia interferirán con una conversación íntima, a veces es bueno tener pequeñas “escapatorias” para las personas que encuentran las conversaciones cara a cara demasiado intensas.

Practicar algún deporte con tu hijo adolescente podría permitirte relajarte y compartir lo que está en tu mente de una mejor forma que preguntando en la mesa sobre su día. Preparar una comida junto a tu nueva cuñada puede aliviar cualquier sensación de formalidad que podría obstaculizar una buena conversación.

2. Hablar con, no sobre

Es bueno ponerte al día con las noticias familiares, y puede ser importante transmitir los detalles de la enfermedad de un amigo mutuo o el nuevo trabajo de un cónyuge. Pero una de las maneras más sencillas de evitar hablar de tu vida y valores es centrándote en las personas que no están presentes.

Entonces, ¿cómo pasas de compartir las noticias (o chismes) sobre otras personas a hablar realmente con tu compañero de conversación? Podrías comenzar preguntándole cómo se siente respecto del cambio de trabajo de su cónyuge, por ejemplo. O bien, podrías explorar sus propias emociones y pensamientos acerca de la enfermedad de un amigo común. Redirige tu atención a las experiencias y emociones de aquellos que están presentes.

3. Habla con el corazón

Puedes hablar de tus temas favoritos todo el día: jardinería o fútbol, ​​teología o fabricación de muebles, política o rodeos. También te puedes esconder detrás de los mismos, sin profundizar en el por qué y cómo esas cosas pueden afectar la vida de manera significativa.

Determinar cuándo es seguro introducir tus sentimientos o inquietudes reales en una conversación requiere sensibilidad, valentía y voluntad para experimentar.

Si tu compañero de conversación expresa interés en los sentimientos y experiencias personales, puedes sentirte seguro compartiendo más. Por otro lado, sabrás muy rápidamente si la persona no está dispuesta. Si ese es el caso, deja de lado tu preocupación por el momento y mantén los ojos abiertos para otras oportunidades de conectarte con otra persona.

Dicho esto, es vital encontrar personas con quienes compartir cómo te sientes realmente.

4. Escucha con tu corazón

La conversación es una calle de doble sentido, y así como debes ser lo suficientemente valiente como para contar tus propias historias y preocupaciones, también debes ser lo suficientemente receptivo como para escuchar las historias y preocupaciones de los demás.

Entonces, cuando tu compañero de conversación dice algo que desencadena una emoción fuerte, ya sea tristeza, envidia, aburrimiento o emoción, desafíate a mantenerte presente en lugar de insertarte en la narración.

Cuando esa persona está luchando con un desafío que parece tener una solución obvia, resiste el impulso de aconsejar. Intenta reconocer tus propias motivaciones o expectativas para poder concentrarte en la otra persona.

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