crecimiento personal

Creando un Año Pleno: Integrando lo Cotidiano y lo Espiritual

Empezar el año con pasos conscientes es esencial para establecer una base sólida. En lo cotidiano, establece metas realistas y cultiva hábitos saludables para nutrir tu bienestar físico y mental. Organiza tu entorno para reflejar serenidad y equilibra trabajo y descanso.

A nivel espiritual, incorpora la meditación diaria y la práctica de la gratitud. Aprovecha rituales simbólicos, como encender velas o crear un altar personal. Estas prácticas mantendrán una conexión espiritual y atraerán energías positivas.

Considera la limpieza física y emocional para preparar el terreno para nuevas energías y oportunidades. Elimina objetos innecesarios y deshazte de cargas emocionales pasadas. Al abordar lo tangible e intangible, crearás un espacio propicio para el crecimiento y la transformación.

Este enfoque holístico te permitirá enfrentar el nuevo año con confianza y equilibrio. Descubre cómo integrar lo cotidiano y lo espiritual para crear un año pleno y significativo. Desde rituales matutinos hasta reflexiones nocturnas, cada día puede convertirse en una oportunidad para crecer y prosperar. Aprovecha este tiempo para establecer intenciones claras y cultivar una conexión más profunda contigo mismo y con el mundo que te rodea.

Empezar el año bien -imagen.

Explora nuevas formas de nutrir tu espíritu, ya sea a través de la exploración de filosofías espirituales, la participación en comunidades significativas o la dedicación a prácticas meditativas más profundas. Al hacerlo, crearás una base sólida para afrontar cualquier desafío que pueda surgir durante el año.

El cuidado personal es fundamental en el proceso de empezar el año. A medida que te esfuerzas por alcanzar tus metas cotidianas, recuerda reservar tiempo para el auto-cuidado. Ya sea a través de pequeños momentos de tranquilidad, ejercicio regular o la búsqueda de actividades que te llenen de alegría, el autocuidado te ayudará a mantener el equilibrio a lo largo del año.

Enfrentar lo desconocido puede generar ansiedad, pero también es una oportunidad para el crecimiento. Adopta una mentalidad de aprendizaje y aceptación. Aprende de las experiencias pasadas, pero no te aferres a las dificultades. En cambio, utilízalas como trampolín para alcanzar nuevas alturas.

Recuerda que la paciencia contigo mismo es clave. No todos los días serán perfectos, y está bien. Celebra tus éxitos, incluso los pequeños, y permítete aprender de los desafíos. A medida que avanzas en el nuevo año, mantén viva la chispa de la curiosidad, el despertar espiritual y la búsqueda de significado.

Integrar lo cotidiano y lo espiritual no se trata de dividir tu vida en compartimentos, sino de tejer un tapiz que abarque todas las áreas. Haz de cada día una oportunidad para alinear tus acciones con tus valores fundamentales y nutrir tanto tu cuerpo como tu alma.

La conexión con los demás también es fundamental. Cultiva relaciones significativas y fortalece los lazos con aquellos que te rodean. Comparte tus metas y aspiraciones, y apoya a quienes te rodean en sus propios viajes.

A medida que avanzas en el nuevo año, recuerda que estás en un viaje continuo de autodescubrimiento y crecimiento. Aprovecha cada experiencia como una oportunidad para evolucionar y acercarte a la versión más auténtica de ti mismo.

Este nuevo año está lleno de posibilidades. Con una mezcla equilibrada de enfoque práctico y exploración espiritual, estarás preparado para enfrentar lo que venga con determinación y gracia. ¡Que sea un año lleno de realizaciones, crecimiento y conexión significativa!

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Como perdonar a alguien que te ha hecho daño?

Si alguien te lastimó recientemente sabrás cuán doloroso y arduo puede ser el proceso de recuperación. Ya sea que estés detrás de una lesión emocional en particular, o que hayas recibido un patrón de conducta tóxica, tendrás todo tipo de cicatrices.

Probablemente sepas que debes dejar ir toda esa ira y resentimiento, pero es increíblemente difícil en la práctica. Es muy probable que te hayas preguntado, “¿cómo le perdono?” y que hayas luchado por encontrar una respuesta que funcione.

Aprender a cómo perdonar es muy complejo y no se da de la noche a la mañana. Sin embargo, es posible y estarás mucho mejor cuando tengas éxito. Este artículo podría ayudarte a comprender la naturaleza de perdonar a alguien que te haya lastimado. Esto te muestra realmente cómo puedes avanzar.

¿Cuáles son las etapas del perdón?

El perdón es profundamente personal, por lo que no habrá dos personas que lo experimenten exactamente de la misma manera. Dicho esto, es un proceso con aproximadamente cinco etapas distintas, y es probable que en algún punto de tu vida te toque vivir esto.

  • Conciencia: te notas molesto, triste o decepcionado acerca de algo.
  • Experiencia: sientes el dolor intensamente.
  • Aceptación: debes aceptar que esa situación ocurrió y que no puedes hacer nada para cambiarla.
  • Ganas de perdonar: después de experimentar todas las emociones negativas, te darás cuenta de que no existe ningún beneficio en permanecer en el sufrimiento.
  • Dejar ir: el estado final del perdón es dejar ir todo el resentimiento y liberar todas las emociones de tu cuerpo. De esta manera, puedes seguir adelante con tu vida.

¿Cómo soltar y seguir adelante?

Al igual que el perdón, soltar y seguir adelante son procesos sutilmente diferentes para todos. Pero si estás luchando y quieres seguir un camino claro, pon en práctica los siguientes pasos para encontrar la paz y la liberación.

Reconéctate con tu corazón

Haz todo lo que necesites para sentir tu “yo” auténtico. Medita, sé creativo, pasa tiempo con aquellos que no te lastiman y aprovecha la energía de tu corazón. Esta es tu parte positiva y resiliente que te brindará los recursos que necesitas para recuperarte del dolor.   

Enfócate en el autoconocimiento

Trata de entender el rencor al que te aferras. ¿Por qué duele todo? ¿Qué heridas pasadas se vuelven a abrir? ¿Qué parte de ti es lo que ha dañado lo sucedido?

Cuando conviertes tu percepción interior en lugar de analizar a quien te lastimó, te empoderarás a ti mismo con el autoconocimiento.

Asume la responsabilidad por ti mismo

Otra parte importante de aprender a cómo perdonar a alguien es asumir la responsabilidad del rol que jugaste en la situación dañina. Tu papel puede ser menor o mayor, pero si no lo reconoces, inconscientemente proyectarás pensamientos negativos sobre ti en los demás.

A medida de que vayas tomando responsabilidad cuando se requiera, permítete recibir el perdón también.

Aprende las lecciones de los tiempos oscuros

No importa cuán horrible sea algo, siempre hay lecciones útiles para aprender. De hecho, el universo a menudo nos envía desafíos precisamente para que podamos crecer. Pregúntate qué es lo que puedes aprender de esa ruptura para establecer una relación con otra persona más adelante.

¿Qué harás de manera distinta en la próxima relación? Por ejemplo, ¿hay límites más firmes que debas mantener?

Enfócate en la bondad, no en lo correcto

Es tentador meditar sobre cuán equivocada está la otra persona. Sin embargo, si quieres perdonar a alguien que te ha lastimado emocionalmente, debes enfocarte en este viejo proverbio chino: “es mejor ser amable que tener la razón”.

¿Cómo puedes ofrecer esa bondad a la persona que te hizo daño? ¿Y cómo esa bondad puede hacer que tus próximas relaciones funcionen mejor?

Aléjate del juicio

La empatía es un arma poderosa contra los rencores. Dedica un poco de tiempo a ver tu situación actual desde la perspectiva de la otra persona. ¿Cómo se ven las cosas para esa persona? ¿Qué siente? ¿Por qué hizo lo que hizo?

Este ejercicio no se trata de encontrar excusas para el mal comportamiento, sino de comprender las complejidades y las luchas internas que todos enfrentamos.

Acepta las disculpas

A veces la otra persona no tiene intenciones de pedir perdón. Sin embargo, si alguien está dispuesto a ofrecerte una disculpa tómala con honor. Esto no significa que tengas que excusar sus acciones, o incluso darle la bienvenida nuevamente a la persona si tú no quieres.

¿Estás listo para perdonar y soltar? ¡Vamos que sí se puede!

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¿Es mejor criticar o aprender de los demás?

Si has visto la exitosa película Birdman, podrías recordar una escena en la que el protagonista de la película, un actor, discute con una crítica de teatro importante, y le dice que “Un hombre se convierte en crítico cuando no puede ser un artista”.

Por supuesto esto no es necesariamente cierto, pues hay críticos por vocación, y no todas las personas que trabajan como críticos son malas. En esencia, un(a) crítico/a indica lo que está bien y lo que no en algo, en este caso, en una pieza de teatro.

En el caso de nuestras vidas y en la sociedad, criticar suele ser percibido como algo malo, negativo o grosero; siendo generalmente clasificadas como “criticonas” las personas quienes siempre señalan lo malo o lo equivocado, algunas veces sin que estas críticas sean realmente justas.

Aprendiendo de los demás

Cuando somos niños, aprendemos todo por medio de la imitación y de lo que las personas mayores nos enseñan, así como por medio de la exploración y usando lo que hemos aprendido sin importarnos si nos equivocábamos.

Pero cuando crecemos, usualmente comenzamos a estar muy asustados de cometer “errores” o de improvisar, y muchos de nosotros comenzamos a ser críticos, pero no siempre en la mejor de las formas.

Recuperar la disposición de los niños de aprender de su entorno, por medio de ensayo y error no es siempre posible como adultos o personas mayores, pero tomar lo mejor de ambos mundo sería lo ideal.

¿Cómo criticar mejor?

   1 .No busques los defectos

Uno de los mayores errores al criticar es buscar directamente los defectos, lo cual es algo intuitivo, porque algo que resulte ser un error evidente es lo más fácil de identificar y por lo tanto de señalar.

Pero una crítica basada en solo defectos, los cuales podrían ser además relativos, es generalmente no constructiva, y por lo tanto tampoco no una buena crítica, porque criticar es algo integral.

Por esta razón, cuando al criticar algo, es importante también señalar las cosas buenas, porque esto es también parte de la crítica, y puede ayudar a dar una opinión más completa.

   2. Señala por qué lo consideras un error

La palabra crítica es probablemente percibida como algo tan grosero o rudo porque algunas veces podríamos estar muy concentrados en encontrar errores y señalándonos, pero olvidarnos de explicar justamente por qué los consideramos errores.

Cuando ofrecemos una explicación de por qué algo es un error, al menos desde nuestra perspectiva, le estamos dando a las personas una oportunidad de ser críticos con ellos mismos y aprender, en lugar de solo sentirse culpables o mal.

   3. Ofrece consejos para mejorar

Uno de los aspectos más importantes cuando se trata de criticar, es que deberíamos siempre ofrecer consejos para mejorar, dándoles a las personas una oportunidad para aprender de sí mismos e incluso de nosotros.

Es probable que hayas escuchado muchas veces en televisión, películas o de otras personas el término “crítica constructiva”. Este término es en realidad muy bueno, pues una crítica dada para mejorar es precisamente algo constructiva.

Así que la próxima vez que sintamos que necesitamos dar una crítica, deberíamos recordar dar una constructiva, acompañada de consejos para mejorar, y no solo para corregir “errores y defectos”.

  4. Se humilde y aprende de los errores de otros

Algunas veces podríamos considerarnos buenos en algo, y sentirnos intimidados por otra persona quien también parece ser buena/o en lo que hace, y por lo tanto sentirnos satisfechos cuando se equivocan.

Esto no nos convierte en monstruos o malas personas, pues es hasta cierto punto algo normal, pero esto definitivamente no es la mejor forma de ver las cosas, pues saber que otras personas se equivocan no nos hace mejores, pero aprender de esos errores sí.

Cuando encontramos errores en otras personas, deberíamos tratar de aportar ayuda, pero también aprender de esos errores, pues equivocarse es algunas veces una de las mejores formas de mejorar y aprender; y aprender de los errores de otras personas, siendo humildes y sabiendo que no estamos exentos de estos.

Aprender de los demás con la capacidad de criticar

Después de cierta edad, es evidente que no siempre podemos aprender todo mediante ensayo y error, o confiándonos de todo, pues algunas cosas podrían ser peligrosas o podríamos querer aprender de la forma más efectiva posible.

Con esto en mente, lo mejor que podemos hacer es recuperar la forma en la que aprendíamos de niños, pero siendo capaces de discernir lo que no está bien, y sabiendo cómo mejorar o evitar lo malo, sin sacrificar el aprendizaje a través de la experiencia.

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La clave para ser más feliz

La felicidad es uno de esos conceptos del cual muchas personas pueden tener el suyo propio y no se puede decir que algunos sean incorrectos. Esto, debido a que en base a lo que cada quien piense sobre la felicidad, será la manera en que esta se manifieste en su vida. Ten presente que el pensamiento crea, seas consciente de ello o no. Para ampliar un poco este tema y puedas tener más control sobre tu poder mental, échale un vistazo a este artículo de Gananci.

Esto puede sonar un poco abstracto, pero hablemos con ejemplos para facilitar la comprensión: si una persona cree que la felicidad es algo que se debe buscar en la vida y se trata de una meta que hay que lograr, actuará de esa manera, buscándola, como si estuviese escondida. En cambio, si alguien cree que la felicidad no es ninguna utopía y está más presente de lo que creemos, ese individuo experimentará esa felicidad que es más accesible.

Mientras más lejanas veamos las cosas que nos agradan, que nos gustan, que queramos para nuestras vidas, más difícil se nos hará obtenerlas. Cuando creemos que somos capaces de conseguirlas -lo creas o no- el universo conspirará para otorgarte eso que ya te pertenece desde que lo declaraste y empezaste a comportarte como si ya lo tuvieras.

Todo comienza en el pensamiento, tanto las cosas positivas como las negativas y se hacen realidad con la palabra. Por esta razón es que debemos ser tan cuidadosos con la manera en que usamos el lenguaje, porque este crea lo que sea que nosotros decidamos.

Volviendo a la felicidad, hay que decir que muchas veces somos nosotros mismos quienes con nuestro comportamiento pasamos de ella. Es decir, elegimos engancharnos en cosas sobre las que no tenemos el control y relegamos nuestro estado de felicidad a un segundo plano que se ve afectado por las situaciones que nos rodean.

Si tú te sientes identificado con esto a continuación encontrarás la clave para dejar ir un poco esos sentimientos:

Permite

Permite que las personas tengan sus propias personalidades aceptando que no puedes cambiarlas. Permite que tus compañeros de trabajo tengan opiniones que tú no compartas sin que esto te genere rechazo hacia ellos. Permite que cada quien sea lo que tenga que ser. Si lo que son no es positivo, ya cada quien tendrá su proceso. No puedes hacer más que exhortarles, pero si no quieren oír, no es tu deber el cambiarles para hacer del mundo un mejor lugar.

Cuando haces esto, sentirás un gran alivio porque estarás soltando aquellas cosas sobre las que no puedes tener control, relajándote significativamente. Cuando no te preocupas por cosas que los demás hacen o deja de hacer, tendrás más tiempo para enfocarte en ti y en tu desarrollo personal.

Permitir a los demás ser como son, sin pretender cambiarlos te hará más feliz porque dejarás de desperdiciar energía. Por supuesto lograr esto no es tan sencillo porque no funciona como un interruptor Permito/No permito. Pero si es algo de lo que te haces consciente y tienes la voluntad de cambiar, definitivamente rendirá sus frutos.

Permítete

Este punto es tan importante como el anterior. A veces somos tan estrictos con nosotros mismos que básicamente nos ponemos una camisa de fuerza. Permítete ser quien eres, aunque los demás no estén de acuerdo o aunque te critiquen. Recuerda que la única persona a la que debes impresionar es a ti mismo.

Esto no quiere decir que te conformes al 100%, al contrario, si deseas cambiar algo con respecto a ti, permítete hacerlo. No te pongas trabas, date la oportunidad de desarrollarte como persona y seguir mejorando. Permítete fracasar, encuentra en los obstáculos el aprendizaje y no te crucifiques por las equivocaciones.

Si tienes ideas nuevas permítete llevarlas a cabo, si no estás de acuerdo con tu trabajo, permítete tomar el riesgo de renunciar y buscar uno mejor, o emprender un negocio que te agrade.

Permítete decir lo que piensas, siempre respetando a las personas que te rodean y siendo consciente de las consecuencias que puedas tener. Permítete amar a los demás y dar lo mejor de ti sin pensar en si serás retribuido de la misma manera. Permítete correr riesgos en distintos aspectos. Permítete sentir toda la gama de emociones, para eso las tenemos.

Permítete trabajar duro para cumplir tus objetivos, pero también permítete divertirte y pasarla bien. Mientras más te permitas -con responsabilidad- más habrás vivido.

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Por qué no es bueno quejarse

A todos en nuestro a día a día nos ocurren cosas que hubiésemos preferido que no nos pasaran. No estamos exentos de ellas así tengamos la mejor actitud. La verdadera diferencia está en cómo reaccionamos ante esas situaciones incómodas en el momento, en el mediano y luego en el largo plazo.

Según Gananci, las personas positivas toman los tropiezos y fracasos como aprendizajes, mientras que otros tantos los toman como excusas para reclamarle a la vida lo desafortunados que son, lo mal que les ha ido, o para renegar de lo que creen que les hace falta. Lo que marca la principal diferencia es la actitud y cuando nos dejamos arrastrar por la negatividad lo primero que van a aparecer son las quejas.

Con respecto a ellas, son frases que dejamos inmiscuirse en nuestras conversaciones que si bien, cuando son muy moderadas y objetivas tienen la posibilidad de ofrecernos catarsis, cuando se vuelven constantes y mantenidas en el tiempo, para lo único que sirven es para sabotearte a ti mismo.

La próxima vez que sientas ganas de quejarte, mira las razones por las cuales no deberías hacerlo y mucho menos si estás acompañado de otras personas

-Bajas tu estado de ánimo: la primera consecuencia negativa, la cual llega prácticamente de manera inmediata luego de proferir la queja, es que tu estado de ánimo baja, ya que, queriéndolo o no, te victimizas.

Cuando te quejas de algo acerca de lo cual no tienes en control, te pones a ti mismo como una víctima desamparada de la situación. Esto lleva inevitablemente a que te acechen pensamientos de injusticia, enojo, incomodidad y más emociones negativas que al estar presentes por largo rato en tu vida se vuelven un estado de ánimo por el cual te vas a regir.

Es decir, la queja constante condiciona tu actitud. No puedes ser una persona positiva y feliz mientras vives quejándote, ambas cosas no son compatibles.

-Ocupa tu mente: la queja no te permite encontrar el lado positivo de lo que te rodea. Por ejemplo: cuando te quejas de la lluvia, estás dejando de lado que miles de hectáreas de plantas cerca de donde estás están siendo regadas y alimentadas.

En vez de quejarte, permítete ver el otro lado de la moneda. No te quedes con lo primero que tienes ante tus ojos. Trata de ver los detalles para que puedas fijarte de que no tiene nada de positivo quejarse de situaciones que no tienes el poder de modificar.

-Contagias: cuando expresas una opinión negativa en voz alta acerca de cualquier situación, puedes contagiarle tu estado a las personas que se encuentran cercanas a ti. Quizá esas personas no habían percibido esa situación como algo malo y eso es lo que logras al transmitirle tu apreciación.

Además, la gente que tiene buena actitud ante la vida, no va a querer compartir con este tipo de personas quejumbrosas. Aunque suene crudo, aquellos que solo se quejan y no hacen nada para cambiar esas cosas que les molesta, es porque en el fondo tienen muy arraigado ese papel de víctima-victimario y suelen ser aquellos a los que les ocurren todas las cosas malas, ya que eso es lo que atraen. Todos hemos conocido a alguien así, al que le apodan nube negra.

Por otro lado, la queja sí es necesaria en los casos en los que tu opinión va a ser importante para realizar un cambio. Ya en este caso no lo llamaríamos queja sino la verbalización de un problema que no puedes ignorar y es necesario decirlo para que pueda resolverse.

Por ejemplo, quejarse con cualquier persona de que hace calor y que eso te ponga de mal humor, es una manera de autosabotaje por todas las razones que explicamos anteriormente. Pero, si en tu trabajo la temperatura hace que las tareas se vuelvan aun más complicadas, no está de más que verbalices tu incomodidad a tus superiores para que puedan hacer algo con respecto a eso. Eso sí, no sería la queja solamente, sino también posibles soluciones, como que aportes ideas para colocar ventanas, instalar aires acondicionados, ventiladores, entre otros.

La queja cuando viene vacía lo que hace es restarte la energía, ponerte en un estado que no es precisamente el más óptimo para ti. Así que, si quieres triunfar, ser una persona que se supere cada día a sí misma, debes comenzar por eliminar las quejas de tu vocabulario y adoptar estos hábitos que ponen en práctica las personas exitosas.

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Pensar antes de hablar: la delgada línea entre la sinceridad y el ataque

He conocido personas que se regodean en su honestidad y lo directas que son para decir las cosas, lo cual consideran que es una cualidad digna de admiración. A decir verdad, esto es muy cierto, sin embargo, no todas las cosas que pensamos tienen que ser exteriorizadas. El saber cuándo hay que callar también es una virtud que podría considerarse incluso más importante que soltar todo lo que pasa por nuestra mente sin medir las consecuencias.

Hay un sabio refrán que dice “somos esclavos de lo que decimos y dueños de lo que callamos”, porque una vez que las palabras salen de nuestra boca, debemos estar dispuestos a aceptar los resultados que estas nos traigan, los cuales no siempre son los más favorables. Por otro lado, este post no es para animarte a que no expreses tus opiniones, todo lo contrario, exprésate con responsabilidad. Si tienes problemas para decir las cosas que piensas, quizá sufras de timidez, practica estos 6 ejercicios de Gananci para superarla.

El lenguaje tiene la capacidad de destruir, así como de edificar, por esta razón debemos usarlo con consciencia. Como en todos los aspectos de nuestra vida, en nuestro discurso debe existir equilibrio, siempre con el objetivo de no herir a quienes nos escuchan y menos, a quienes no están presentes en la conversación para defenderse.

Las opiniones son un arma de doble filo, ya que somos seres emocionales y no todos tienen la madurez suficiente como para no dejarse afectar por las palabras de terceros. Por eso, antes de hablar y con el fin de mantener fuertes tus relaciones, toma en cuenta lo siguiente para evitar arrepentimientos:

1.- Una vez que has dicho algo, no lo puedes recoger. Tomar en cuenta esto antes de hablar es una buena manera de hacer que filtres un poco mejor las cosas antes de lanzarlas por impulso. Así estés enojado, lo recomendable es tomarse unos segundos para respirar profundo y evaluar si realmente eso que tienes en mente es lo que quieres decir.

Piénsalo de esta manera, quizá decirlo te hará sentir mejor en ese momento porque te desahogaste, pero ¿Es lo mejor para ti en el mediano o largo plazo?

2.- Piensa a quienes afectas con tus palabras. En esta categoría pueden entrar muchas personas ¿Estás dispuesto a afectar a otros solo para sentir la satisfacción de expresarte? A veces es inevitable decir cosas negativas, aun así, esas cosas pueden ser dichas con tacto y delicadeza.

Cuando quieras dar un elogio hazlo en público, pero cuando se trata de una corrección o una exhortación (que también son necesarias y valiosas), es preferible que lo realices en privado. Eso de que trates a las personas como a ti te gustaría ser tratado ya ha perdido vigencia, mejor trata a cada quien como a esa persona le gustaría que le traten, ya que todos somos distintos.

3.- Se prudente. A veces decimos cosas sin mala intención o sin percatarnos que podemos ofender a personas a nuestro alrededor, así que lo mejor es estar consciente de los sitios donde nos encontramos y de las personas que nos rodean antes de emitir opiniones. Por supuesto, eres responsable de lo que dices, no de lo que otros interpreten. Por eso tus palabras deben ser claras en vez de dejar espacio para ambigüedades o malas interpretaciones.

4.- Ten compasión. Puedes estar diciendo una gran verdad, pero si eso le hace daño al otro le estás atacando de frente, por eso las palabras que elijas deben estar llenas de compasión por tu interlocutor. Quizá pienses que no tienes que ser compasivo con otros que te han hecho daño a ti o con desconocidos, pero sí debes serlo porque todo lo que damos lo recibiremos de vuelta, tarde o temprano, de alguna u otra manera.

Además, no pierdes nada demostrando humanidad, ni te muestras débil, es lo contrario. Ganas en integridad y demuestras que eres una persona firme, que a pesar de lo que puedan hacerte tú te mantienes fiel a lo que piensas. Comportándote de esta manera atraerás lo mismo hacia tu vida.

Cuando no mides tus palabras no solo le haces daño a personas a tu alrededor, sino a ti mismo al debilitar relaciones interpersonales. Cuando no eres capaz de tener un filtro eficaz entre tus pensamientos y tu discurso poco a poco empiezas a convertirte en una persona tóxica.

Tomar tu tiempo para evaluar las cosas que dirás antes de que salgan a la luz no significa que dudes de ti mismo, sino que tienes dominio propio, te mantendrá alejado de problemas innecesarios y contribuirá a que tengas un estado de consciencia pleno.

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La difícil tarea de soltar: algunas cosas que pueden mantenerte atado

Una de las características más grandiosas que tenemos los seres humanos es que cada uno es diferente al otro, con elementos únicos que le hacen ser alguien especial, con sus virtudes y debilidades. Estas diferencias vienen dadas por la crianza, el ambiente en el que nos desarrollamos e incluso los alimentos que consumimos, ya que absolutamente todo tiene un impacto en nuestras vidas.

Eso sí, a pesar de que todo influya, también tenemos la oportunidad de ir moldeando nuestro propio camino gracias a las decisiones que tengamos a bien tomar. No somos hojas llevadas por el viento de la fuerza del destino sin que podamos ofrecer ninguna resistencia o sin que tengamos la oportunidad de dictar los lugares a donde queramos ir. Nuestra actitud juega un rol importantísimo en las cosas que obtenemos y lo que no, por eso es tan importante pensar en positivo, ya que de nuestra mente se desprende todo lo que somos, hacemos y decimos.

Asimismo, podemos estar muy comprometidos en nuestro crecimiento y desarrollo personal con la vista puesta en el presente y futuro, pero si no nos ocupamos también de las cosas que nos mantienen atados al pasado, ese crecimiento será más lento y dificultoso.

Es como si tuvieras un grillete que no te permite andar a tu máxima velocidad -aunque lo desees con todas tus fuerzas- porque su peso lo hace una carga difícil y aunque te acostumbres, nunca tendrás la libertad que tendrías si lograras deshacerte de él.

Puede haber múltiples factores que nos mantengan en esa situación. A continuación, podrás saber cuáles son algunos para que realices una evaluación y tomes la decisión de librarte de los que te aquejen de una vez por todas:

-A personas: cuando nos aferramos a alguien, ya sea por razones positivas o negativas, no nos estamos haciendo un bien. Es cierto que somos seres sociales y necesitamos la compañía y el apoyo de otros, pero cuando esa compañía se convierte en una necesidad, es porque existe el apego y eso no nos favorece.

Toma en cuenta que todo es temporal, las personas, las situaciones. Puede que algunas temporadas sean mucho más largas que otras, pero debes estar preparado para los cambios y disfrutar al máximo los buenos momentos. No necesitas de alguien más para estar completo o ser feliz. Según Gananci, para tener felicidad es necesario que te creas capaz de alcanzarla.

También existe la necesidad de soltar por rencores antiguos, resentimientos caducados o recuerdos dolorosos que podemos tener relacionados a otros en el pasado. Eso también se convierte en una pesada carga que arrastramos inconscientemente. Cuando no te permites dejar ir, el sufrimiento es mucho mayor que cuando sueltas, aunque cueste.

Cuando podemos mirar al pasado y no sentir rabia, angustia o culpa por situaciones que sucedieron, habremos obtenido una importante victoria y estaremos más cerca de convertirnos en la persona que deseamos ser. Habremos soltado lo que no nos conviene.

-A bienes materiales: es excelente disfrutar de estabilidad económica. Nos hace sentir seguros y nos permite satisfacer desde nuestras necesidades básicas hasta algunos deseos gracias al esfuerzo que realizamos, pero cuando esto se vuelve un problema cuando nos apegamos emocionalmente a las cosas.

El dinero, y cada uno de los bienes que podamos poseer son temporales. Cuando nos vayamos de este mundo no podremos llevarnos nada a lo que venga después de la muerte física. Así que debemos erigir una barrera entre las cosas que poseemos y el apego emocional.

Si no somos capaces de hacer esto, nuestra felicidad no está proviniendo del interior, sino que está condicionada por las posesiones que tenemos. Cuando sueltas el apego hacia los bienes materiales, puedes mantener un buen estado de ánimo y una actitud saludable incluso en momentos económicos difíciles, porque la paz mana de ti y no depende de lo material.

-A otros factores: hay personas que les cuesta soltar desde situaciones, actividades, trabajos, a sus hijos y más. Se aferran a cada una de estas cosas como si fueran el santo grial. Dependen de ellas exclusivamente para sentirse bien o las culpan de sus desdichas cuando en realidad nosotros somos los responsables de nuestras emociones.

Tenemos estímulos y reaccionamos ante ellos, pero debemos tener la madurez requerida para tomar la responsabilidad de nuestras emociones y de no dejarnos dominar por ellas. Si tienes la actitud positiva necesaria podrás atraer todo aquello que deseas para tu vida y estas se quedarán ahí sin que tú debas hacer esfuerzos sobrenaturales para que esto ocurra.

Algunos de los beneficios de soltar son:

-Libertad mental

-Ganas confianza en ti mismo

-Te haces responsable de tus acciones y resultados

-Disfrutas más lo que tienes en cada momento al estar consciente de que no te pertenecen para siempre

-Creas mejores relaciones interpersonales

-Menos sufrimiento ya que n existe el desapego forzoso sino consciente

-Mayor paz mental

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5 consejos para aprender a perdonar a los demás y a ti mismo

Las experiencias que vivimos y las personas que forman parte de ellas nos dejan una huella imborrable, que de ser positiva puede contribuir mucho al desarrollo de una persona, pero de ser negativa puede causar daños irreparables. Por esa razón es importante mantener el control sobre esas experiencias negativas y dejar ir todo aquello que nos hace daño para vivir más y mejor. Para lograr ese objetivo, también te recomendamos seguir todos los pasos para recuperar tu autoestima que Gananci te ofrece.  

Otro método significativo por el cual conseguirás erradicar todas las cosas negativas de tu vida es a través del perdón. Está practica puede ser difícil de realizar, sobre todo si la persona a la que debes perdonar eres tú mismo, o si tus emociones no te dejan conciliar las cosas como deberías.

Para ayudarte en ese proceso, en este artículo te presentaremos varios consejos con los que podrás aprender a perdonar a los demás y a ti mismo de una forma efectiva. Aplícalos en tudía a día, y evidencia y corto plazo lo mucho que pueden ayudarte a vivir de forma más tranquila y saludable relativo a lo emocional.

1. Haz uso de la reconciliación: Uno de los métodos más eficaces por los que puedes llegar al perdón absoluto es a través de la reconciliación. Poder entender todos los puntos de vista y realidades, propias o ajenas, te será muy útil para llegar a conciliar tus sentimientos y facilitar la acción del perdón.

Por más grave que sea el problema, es importante siempre comunicarlo y hablar. Eso se puede dificultar si la persona con la que necesitas reconciliarte es contigo mismo, pero inténtalo de todas formas, considera todas las variables y busca de aceptar tu realidad sin omitir juicios de valor o echar culpa.

2. Acepta tu responsabilidad: En cualquier experiencia fallida en donde se involucren otras personas, o propias, mucho de lo que sucede no es enteramente culpa de terceros o de tu subconsciente. Tener el valor de admitir los errores propios para que las cosas no se dieran como deberían es importante para perdonar.

Reconoce el grado de responsabilidad que tienes sobre lo sucedido y eso te permitirá entender mejor la posición de los demás y facilitará tu habilidad para perdonar. Al hacer esto evitarás rápidamente cualquier malentendido y eso te permitirá avanzar de forma más efectiva hacia un estado más apacible.

3. Practica la gratitud: La gratitud cuando es aplicada al perdón tiene un efecto sanador que sin dudas es el que te permitirá continuar sin problemas con tu vida. Para aplicarla es importante que sepas ver el lado bueno de cualquier experiencia negativa que vivas y que entiendas que ese suceso se presentó para darte una valiosa lección.

Da gracias por eso y asimila lo aprendido para que no vuelvas a incurrir en los mismos errores. Este consejo es realmente efectivo cuando a quien necesitas perdonar es a ti mismo, por eso no dudes en ponerlo en práctica.

4. Elimina el rencor de tu sistema: Las emociones negativas como la ira, el dolor, la tristeza, son malos consejeros cuando se trata de conceder el perdón. Guardar cada una de esas emociones en tu sistema no te permite evolucionar, sino que por el contrario hace nacer un rencor dentro de ti que puede ser realmente tóxico.

Por esa razón es importante eliminarlo, y para ello debes cultivar habilidades propias de una persona emocionalmente inteligente. Deja ir lo malo y acepta lo bueno o inevitable para que seas capaz de decir “te perdono” a alguien, o a ti mismo.

5. No hagas lo que no quieres que te hagan: En muchas situaciones de la vida el perdón es requerido por dos vías al mismo tiempo. Si estas en un proceso similar, entiende que el orgullo no te servirá de nada y que para vivir en paz lo mejor es perdonar para que te perdonen.

Muchas personas tienen una idea errónea del perdón, lo ven como una señal de debilidad cuando la realidad es que es todo lo contrario. Esa percepción los hace sentir que si perdonan antes serán percibidos como débiles, y eso atenta contra su orgullo. Deja ir también todo eso y perdona, eso te hará sentir mucho mejor.

Descubre el tipo de amistades tóxicas que pueden arruinar tu vida para que las evites.

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¿Te cuesta decir lo que piensas? Cómo ser menos tímido y dar a conocer tu opinión

No es fácil dar a conocer tu opinión siempre. A veces sentimos que lo que tenemos para decir puede ser irrelevante, o que los demás nos van a juzgar mal. No puedes siempre tener una mentalidad de perdedor, pues no lograrás el éxito ni en lo personal, ni en lo profesional. Sin embargo, cambiar y dejar a un lado la timidez puede ser una cosa complicada, por lo que primero tienes que aprender a salir de tu escondite y darte la oportunidad de ser más abierto al mundo.

Empieza un nuevo año, y, ¿por qué no un nuevo tú? Deja de lado el miedo y comienza a tomar la vida por las riendas para ser una mejor persona y poder dar lo mejor de ti siempre. Estas son algunas formas sobre como puedes ser menos tímido y dar a conocer tu opinión:

  • Reconoce qué te hace sentir tímido: el problema a veces es que no sabemos que nos intimida. Puede ser una presentación de trabajo, como puede ser conocer a una persona nueva. El primer paso a ser menos tímido es reconocer que situaciones te asustan o causan nervios, pues así podrás identificar lo que desencadena tu miedo a dar a conocer tu opinión.
  •  Identifica por qué te causan timidez estas situaciones: ahora que ya sabes qué te causa timidez, trata de encontrar una razón detrás de eso. No siempre es sencillo y puede implicar exponerte a situaciones incomodas, pero al final vale la pena que busques las causas de tu timidez y te propongas vencerlas.
  • Un reto al día: ahora que ya sabes de tu timidez y el por qué detrás de ella, es hora de darte un reto diario que te ayude a sacar eso que has guardado tanto tiempo. Pueden ser retos pequeños, como hablar con tu jefe y contarle sobre una nueva idea, o aplicar a ese trabajo que siempre has querido. No te quedes con tus sueños y tu opinión guardados, sácalos para que realmente puedas florecer como debes.
  • Práctica tus conversaciones: es raro pensar en siempre anticipar que quieres lograr, pero a aquellos que son tímidos, les puede ayudar mucho. Intenta hablar contigo mismo y darte algo de ánimo antes de ir al trabajo, o a la escuela, o donde sea que tengas que ir. Pero toma también algo de tiempo para hablarle a tu imagen en el espejo. Imagina los escenarios que pueden ocurrir y ten conversaciones reales, donde expliques tus puntos de vista con calma y honestidad.
  • Deja a un lado el qué dirán: es hora de salir de la timidez, pero para lograrlo debes dejar así mismo de preocuparte sobre lo que los demás piensen. No es siempre una prioridad ser la persona más querida, o la más aceptada, pues a veces nuestras creencias contradicen lo que los otros puedan pensar. Lo importante, es que seas honesto contigo mismo y te des la oportunidad de conocer los pensamientos de los que te rodean mientras das a conocer tu propia opinión. Procura no pensar tanto en la opinión de los extraños antes de actuar, sino en lo que es significativo para ti realmente.

La timidez viene de la genética y de la exposición a ciertas cosas que causan temor. Pero es cierto que ser tímido es en parte la falta de confianza en ti mismo, por lo que con estos consejos puedes aprender a decir lo que realmente piensas y así dejar de un lado tu timidez que ya tanto te ha frenado en la vida.

 

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